El Buscón, un clásico adaptado al teatro.
Adela Alfageme
Asistir a una representación teatral es una oportunidad de conocer de primera mano algunos de los clásicos de la literatura española. Más allá de la frialdad y la soledad de la lectura individual de un texto, el teatro nos ofrece la posibilidad de dar vida a los textos y de ponerle cara, gestos y expresividad a nuestros personajes más famosos. La vida del Buscón, llamado Pablos es uno de los textos más conocidos de Francisco de Quevedo. Es un texto novelesco, que no nació para la representación, pero que se presta a ella como tantos otros textos del mismo género. Una vez más Regenta Teatro se ha atrevido con uno de nuestros clásicos más conocidos. La adaptación trata de mostrarnos pinceladas de la vida de este pícaro. Los momentos más representativos de la novela, como la descripción del Dómine Cabra, quedan fielmente reflejados y nos muestran lo mejor del género teatral. Pero no sólo asistimos a la representación de El Buscón. También observamos el día a día de los actores de teatro que, en esta ocasión, son un matrimonio con muchos problemas que solucionar. Así, la vida y la ficción se mezclan sin solución de continuidad, dándole un toque de humor (otro más) a la obra y demostrando que estos dos aspectos no se pueden separar. O quizás todo sea ficción.
Desde el departamento de Lengua castellana y Literatura seguimos apostando por educar a nuestros alumnos en el gusto por toda nuestra Literatura, la clásica y la actual. Porque sólo conociendo nuestras raíces podemos soñar nuestro futuro.